Desde el 2004 iniciaron las empresas privadas transnacionales de energía a invertir en la reserva de tierras en todo el Istmo Sur de Tehuantepec, negociando a nivel individual con comuneros y ejidatarios, ofreciendo rentas en previsión de futuros parques eólicos. A partir de esta negociación individualizada dio inicio la división de la población entre quienes recibían rentas y quienes vieron la amenaza sobre la pérdida de soberanía sobre las tierras y territorios de propiedad social. Sobrevino el debilitamiento de las formas de tradicionales de organización y toma de decisiones a través de las asambleas comunitarias. Entre 2007 y 2013 la comunidad de San Dionisio del Mar y la comunidad de Álvaro Obregón lograron detener uno de estos proyectos, instalación del proyecto de la empresa Mareña Renovables, S.A.P.I., sobre la barra Santa Teresa dentro del sistema lagunar y estuarino de la costa del Istmo de Tehuantepec. Otros procesos de resistencia se han organizado en los municipios de Unión Hidalgo, Ciudad Ixtepec, La Venta, La Ventosa, Santo Domingo Ingenio. Todos los pueblos del Istmo se hallan divididos y viven bajo tensión por conflictos agrarios, asesinatos por competencia entre actores diversos, amenazas a luchadores sociales.